La 'backstop' es algo así como póliza de seguros con la que Bruselas y Dublín quieren mitigar los efectos que la disrupción del Brexit podría crear entre las dos Irlandas. En Londres, se percibe sin embargo como una amenaza a la integridad territorial y como una trampa para mantener al Reino Unido en la órbita de la UE.
May convocó a sus ministros más leales a una conferencia telefónica y les comunicó que daba su brazo a torcer. El acuerdo del Brexit negociado con la UE debía ser votado este martes en la Cámara de los Comunes y los últimos cálculos apuntaban a una derrota estrepitosa del Gobierno. El laborismo iba a votar en contra, también los unionistas norirlandeses del DUP que sostienen la mayoría parlamentaria de May, los nacionalistas escoceses, los liberales demócratas y lo que era más humillante, hasta 80 diputados conservadores entre euroescépticos, proeuropeos o simplemente escépticos.

May se ha comprometido a hablar en los próximos días con los líderes europeos, antes de la cumbre prevista el próximo jueves en Bruselas, para obtener de ellos más “confirmaciones” de su voluntad de poner fin cuanto antes a esa situación provisional y cerrar un nuevo acuerdo de relación futura con Reino Unido.Para más información pincha aquí.
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